Pero no sólo las empresas y los bancos corren el riesgo de irse a la bancarrota. También las familias. Un accidente de tránsito o una enfermedad de las muy costosas, como el cáncer, pueden arruinar a una familia. O cuando la jefa o el jefe se quedan sin empleo, caso muy comun y extendido en México. El joven Cordero debería preguntar a sus asesores qué hacen en otros países para proteger el patrimonio de las familias. Hay leyes de protección que ponen a salvo sus bienes ...
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